12 jul 2013

2013 RULO PARDO... EN EL CLUB EXPRESS (ENTREVISTA)

¿No hay ningún teatro que te parezca especial por alguna razón?
Para mí fue increíble la experiencia en el Español. Es un teatro que se ha quemado dos veces, precioso… coincidió que Narros murió y el ataúd estuvo puesto en el mismo decorado de La Chunga, obra que él mismo dirigió hace muchísimos años con Nati Mistral. Pero mira, uno de los sitios que más me pone es el teatro Chapí de Villena. Es el teatro que mi padre pisó y en el que actuó como amateur. Estuvo cerrado muchos años, pero luego se volvió a abrir. Es una preciosidad. Realmente muy bonito. Los nervios de cuando por primera vez llegué allí eran inmensos.

Rulo Pardo: “Capitalismo, hazles reír será una experiencia teatral brutal”
Rulo Pardo cae bien. Es uno de esos actores que disfrutan con su trabajo y logran transmitir esa sensación al público. Su entusiasmo por el teatro es contagioso y su talento se lo ha forjado a base de una larga trayectoria que incluye desde cine a televisión pero, sobre todo, teatro. Tiene su propia compañía, SeXpeare, junto con Santiago Molero. Su obra Qué pelo más guay ha conseguido alcanzar la friolera de diez años sobre las tablas y ya tiene su versión cinematográfica. Ahora se encuentran representando SeXpearemente en el Teatro Alfil, en el que a través de un recorrido por la trayectoria de la compañía consiguen colocar la cultura en el lugar que se merece. Todo ello con mucho humor, algo de ciencia ficción y un Lorca que busca a Garzón. Muy seXperaremente.
Texto y fotos: Marta García Sahagún
ElClubExpress: Cuéntanos cómo surgió vuestra compañía de teatro SeXpeare:
Rulo Pardo: Con 20 años me vine a Madrid para hacer las pruebas de la RESAD y las pasé. Por entonces yo trabajaba en una carnicería en Villena (Alicante), así que me vine a vivir aquí. En 1º conocí a Santiago, y montamos SeXpeare junto con Fele Martínez y David Tenreiro. Empezamos a ir por bares y hacer sketches. Poco a poco los fuimos llenando, fue una locura. A partir de ahí, me cogieron en la compañía Yllana, con la que hice una gira mundial de 12 países durante año y medio. A raíz de eso quedó un vínculo con Yllana del que surgió la propuesta de producir a nuestra compañía, algo que no habían hecho nunca antes. Y produjeron nuestro primer espectáculo, Hipo, en 1999, que impactó para la época que era, pues todavía no había ni OT’s ni Gran Hermanos ni nada, y nosotros contábamos una historia de ciencia ficción con temática homosexual. La gente alucinaba. En la gira había sitios donde no aceptaban el espectáculo. A partir de ahí decidimos formar la productora Efekto, que luego se llamó SeXpeare, desvinculándonos de Yllana. Así, hicimos nuestra segunda función, Qué pelo más guay, que lleva 10 años de gira y siguen pidiéndonosla. En total llevamos 13 espectáculos hechos, el último es el que está ahora en el Teatro Alfil, SeXpearemente. Hasta entonces habíamos hecho ciencia ficción, pero el cuerpo nos pedía contar lo que nos estaba pasando. Es cómica, pero tiene una parte más poética, con imágenes más duras, como la de los libros cayendo. Mario Vargas Llosa vino al estreno y nos reconoció que esa imagen le dolió.
“Santiago (Molero) y yo no hemos tenido que hacer un espectáculo por año para mantener la productora, sino que cada vez que hemos hecho una obra era porque nos apetecía realmente contar una historia”
¿Cuál es el secreto para que Qué pelo más guay haya estado tanto tiempo en escena?
Yo creo que la suerte que tenemos Santiago y yo es que gustamos mucho, caemos muy bien. Qué pelo más guay la hemos repuesto hasta cinco veces en el Alfil. Hay gente que la ha visto siete veces, ¡nos han hecho hasta dibujos! Pasó también que nosotros cuando la hicimos era el 2002 y no estaba el absurdo ni la comedia como ahora está. La gente la va aceptando más con el tiempo, va cogiendo más poso. Hace dos años rodamos la película y estamos ahora viendo la distribución, lo que es absolutamente complicado. Pero estamos contentos. Nos han dado el premio al mejor largometraje en el Festival de Aragón, estuvimos en el Festival de Bogotá, lo estrenamos en Sitges…
¿Cuál es la obra de SeXpeare de la que os sentís más orgullosos?
Es imposible elegir una. La verdad es que Santiago y yo no hemos tenido que hacer un espectáculo por año para mantener la productora, sino que cada vez que hemos hecho una obra era porque nos apetecía realmente contar una historia. Avanzas en la vida, cambian las cosas que te motivan, y en cada momento cuentas la que toca.
Rulo Pardo representa Sexpearemente en el Teatro Alfil hasta el 27 de julio
SeXpearemente se queja de que la cultura ya no ocupa el lugar que se merece, ¿por qué es necesario expresar la crisis de nuestro tiempo a través del arte?
De alguna manera sientes que vives en un país donde el arte y la cultura no están valorados de la manera en que se deberían valorar. Bueno, en estos momentos, ni siquiera la sanidad o la educación. Pero hay algo de odio en la crítica que se hace a los actores que se quejan de la situación nacional que no entiendo. ¿De dónde viene ese odio? ¿De las subvenciones? Ojo, es muy subjetivo lo de la subvenciones. Tampoco creo que se debieran dar para que se lucren unos cuantos, sino para cosas experimentales que tengan pocas salidas y necesiten un apoyo mayor. Yo supongo que como autores o artistas necesitamos tener voz. Y nuestra manera de reivindicarlo es subirnos a unas tablas y decirlo desde ahí. No es subirse a un escenario y que te cuenten lo que está pasando, se tiene que utilizar el arte y el estilo de cada compañía. Por eso hacemos la comparación entre Lorca y Shakespeare. A Lorca, uno de los mejores autores que tiene este país, no le queremos ver. Está muerto, bajo tierra, y además no queremos hablar de eso. Es como una especie de vergüenza. Los ingleses admiran y tienen en un pedestal a su mejor autor, mientras que nosotros lo tenemos tapado. Por eso en la obra Lorca busca a Baltasar, que es Baltasar Garzón. Porque es el que quería sacarlo de ahí con la Ley de la Memoria Histórica.
“Sientes que vives en un país donde el arte y la cultura no están valorados de la manera en que se deberían valorar. Bueno, en estos momentos, ni siquiera la sanidad o la educación”
RULO PARDO ACTOR DE VILLENA
¿Crees que la crisis del teatro tiene que ver con la falta de financiación o también hay una crisis creativa?
No lo sé… no creo que haya una crisis creativa. Creo que hay mucha gente con muchísimas ideas, al igual que hay nuevos espacios. Creo que la crisis en el mundo del teatro viene más por la poca afluencia de gente que va a ver las obras. Pero no creo que sea por el teatro en sí, sino por la crisis económica que estamos viviendo. Nuestra generación es la que está más fastidiada, es la que tiene las hipotecas, la que tiene que mantener a los hijos… También hay mucha oferta ahora, así que la gente se piensa más qué ve y qué no. Representando La Chunga en el Español, vendimos todas las entradas, pero la mayoría del público era mayor, porque son ellos los que pueden elegir. Tiene que ver sobre todo con que la gente no llega a fin de mes. Sí, creo que tiene más que ver con la situación económica a nivel nacional.
¿Es el microteatro el futuro del teatro?
A mí me parece que es otra cosa. Es complementario al teatro. Hay mucha gente que le está dando salida, haciendo cosas que nunca habían hecho antes.
Ahora hay bastantes obras con contenido autobiográfico escritas por actores, como El intérprete de Asier Etxeandía, o Un trozo invisible de este mundo de Juan Diego Botto. En “Sexpearemente” hacéis un recorrido a través de la trayectoria de vuestra compañía. ¿Refleja esta tendencia la necesidad del actor de dejar de ser un instrumento que interprete el discurso del autor para pasar a expresar sus propias opiniones?
Pues en nuestro caso es porque queremos hablar de la situación en la que estamos, y para hablar de eso se nos ocurrió hacer una especie de antología nuestra. Realmente nuestro punto de partida fue un teatro de un metro en el que no podemos avanzar. En el caso de Asier no sé qué habrá sido. (Duda) No sé si tendrá que ver con que me siento ahora cerca de los 40. Puede ser que después de haber hecho muchas cosas hayamos llegado a un punto del recorrido que nos lleva a hacer algo más autobiográfico. En nuestro caso fue por denunciar cómo nos sentimos como compañía. Hay quien nos dice que nos hemos puesto serios y que les gustábamos cuando todo era comedia, pero es que también nos estaba pasando esto. Nosotros llevamos sin cobrar un año y medio. Todo lo que hacemos es para meterlo en la productora para que siga la infraestructura que es la que nos ayuda a hacer bolos. Afortunadamente Santiago y yo actuamos en otras obras que nos permiten hacerlo.
Tras llevar tantos años en la profesión, ¿qué es lo que crees que cuenta más a la hora de ser reconocido en teatro?
Pues el estar ahí y que te llamen para hacer cosas. El trabajo llama al trabajo. Si te ven en movimiento y les gustas, te llaman para otro proyecto. Por ejemplo, tras el rodaje de “Oviedo Express”, de Gonzalo Suárez, fue Aitana (Sanchez-Gijón) la que me llamó para hacer “La Chunga”. La suerte de tener tu compañía es que puedes mostrar tu estilo al resto. Enseñas tu arte y lo que tú sabes hacer tras trabajar con ellos. Pero conozco actores estupendos que llevan sin hacer nada dos años. Y no tiene que ver nada con ellos, creo que tiene más que ver con el momento. Igual te pasas un tiempo sin que te aparezca nada y luego coincide que te aparecen un montón de cosas.
Rulo Pardo es un claro de ejemplo de versatilidad escénica: imposible encasillar su imponente energía
Has trabajado como director en el corto “Tú la llevas”, como productor en la versión cinematográfica de “Qué pelo más guay”, has escrito guiones y actuado en cine, teatro y televisión. ¿Con qué faceta de tu actividad dirías que disfrutas más?
Con el teatro. Me gusta mucho el contacto con la gente, ensayar… y una de las cosas que más me puede desilusionar en la televisión o el cine es que finalmente algo en lo que has puesto tu energía no se emita. Y no depende de ti. En el teatro, además, he conocido gente maravillosa, gente que para mí eran dioses de la escena, y he compartido con ellos el escenario, con sus momentos buenos y malos. Yo conservo más amistades del teatro que del cine.
¿Tienes alguna anécdota de esos momentos que nos puedas contar?
Una vez fui a Portugal a hacer una película en inglés y yo no hablaba inglés. Éramos seis actores españoles y echaron a tres. Yo estuve en el hotel poniéndome Taxi Driver todo el rato y repitiendo sus frases. Afortunadamente tenía un coach que me iba diciendo cómo pronunciar las palabras. La verdad es que yo siempre le he echado bastante morro a las cosas. En las series también me ha pasado que me preguntaban si conducía y yo les decía que sí, pero no tenía ni el carnet.
Háblanos de “Capitalismo, hazles reír” la nueva obra de Andrés Lima que vais a estrenar en el Circo Price.
Surgió a partir de un taller de seis módulos basados en el libro La doctrina del shock de Naomi Klein. Trajimos a invitados para que nos dieran charlas, desde gente que había estado en la cárcel con Pinochet hasta personas que habían estado en Irak. Los autores, los directores y los actores que estábamos allí nos poníamos a trabajar nada más terminar éstas. Todo eso lo mezclamos con cabaret y circo. En total seremos unas veintiséis personas, y entre diecisiete o dieciocho actores en escena. El guión es de Juan Cavestany. La obra trata del miedo, de cómo se le inculca a la gente. Y cómo ese shock se queda en sus cuerpos y es entonces cuando entran las empresas al juego. Va a ser una experiencia teatral brutal. Con Andrés repetiré, junto con parte del equipo de “Falstaff”, en una obra para la siguiente temporada del CDN, “Los Macbez”. Él es una persona generosísima que se divierte con los actores y te hace llegar todos los días con ganas. En “Falstaff” todos opinábamos, incluso en las escenas en las que no salíamos. Andrés te hace sentir partícipe, y eso crea mucho equipo.
“La obra trata del miedo, de cómo se le inculca a la gente. Y cómo ese shock se queda en sus cuerpos y es entonces cuando entran las empresas al juego. Va a ser una experiencia teatral brutal.”
¿Prefieres actuar en lugares grandes como el Circo Price o en teatros más familiares como el Alfil?
La verdad es que me da lo mismo, porque todo es actuar. En el Alfil lo que pasa es que estoy con mi compañía haciendo mi historia, entonces claro, me encanta estar ahí. El Circo Price es un sueño, el María Guerrero o el Español son unos sitios estupendos, la verdad. Pero también estuve en el váter de La Casa de la Portera y me encantó. Todos tienen algo. El Caballero de Olmedo en Almagro es microteatro y lo hacemos en una salita que tienen ellos. Lo importante es que hagas lo que te guste con la gente que quieres. No hay sitios malos, al igual que no hay papeles malos.
¿No hay ningún teatro que te parezca especial por alguna razón?
Para mí fue increíble la experiencia en el Español. Es un teatro que se ha quemado dos veces, precioso… coincidió que Narros murió y el ataúd estuvo puesto en el mismo decorado de La Chunga, obra que él mismo dirigió hace muchísimos años con Nati Mistral. Pero mira, uno de los sitios que más me pone es el teatro Chapí de Villena. Es el teatro que mi padre pisó y en el que actuó como amateur. Estuvo cerrado muchos años, pero luego se volvió a abrir. Es una preciosidad. Realmente muy bonito. Los nervios de cuando por primera vez llegué allí eran inmensos.
¿Qué pregunta nunca te han hecho pero te hubiera gustado responder?
(Se queda pensativo) Suelo decir todo, la verdad. Nunca me quedo como diciendo… tenía que haber dicho esto o lo otro… Bueno, nunca me han preguntado cuándo me sentí actor por primera vez.
Y la repuesta es…
Fue a los 7 años, sobre un escenario, con la obra “Androcles y el León”. Mi madre era la vestuarista y yo hacía dos papeles, uno de mujer y otro de hombre. Recuerdo perfectamente estar en el escenario y sentir al público reírse con mi frase, ¡y eso que solo tenía cuatro! Entonces la preparaba, sintiendo cómo me miraban los espectadores, llevando esa especie de presencia que uno siente sólo sobre el escenario…
…Pues agradecemos profundamente la aportación que hizo “Androcles y el León” a la escena contemporánea española, que nos ha permitido disfrutar del arte y el eXtilo que Rulo Pardo desprende en todo lo que hace.
Agradecimientos: Templo de Susu (Calle Espíritu Santo 1, Madrid)
Fuente...  EL CLUB EXPRESS 
Algunas fotos de archivo VC.

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