El grupo de amigos “Inquietos” homenajean a Miguel Ortuño, otorgándole la Insignia de Plata de esta peculiar peña. Se reunen una vez al mes para charlar de la "Fiesta" y periódicamente rinden un homenaje a personas vinculadas con las fiestas de Moros y Cristianos. En esta ocasión la insignia de plata ha sido para Miguel Ortuño. Paco Merino fue el encargado de decir unas palabras sobre este personaje de la "Fiesta".
Todos conocéis a Miguel Ortuño, este “villenero” nacido en Alicante hace poco más de 65 años. Y digo bien, “villenero”, porque ha demostrado serlo como cualquiera de nosotros.
Su vinculación con Villena viene dada por los familiares de su madre y, sus idas a venidas hacen que conozca a una villenera, con la que contrae matrimonio en 1.971 quedando, a partir de ese momento, unido completamente a Villena.
Antes, en 1.965, Miguel comenzó su andadura en nuestras fiestas. Su tío, Capitán de la Comparsa ese año y, a la vez, componente de la Escuadra Especial de Sarracenos, le hizo el traje de Moro Realista para que le sustituyese en los desfiles donde él salía en la escuadra.
Conocí a Miguel hace treinta y tres años, cuando me di de alta en la Comparsa de Cristianos, donde el había llegado pocos meses antes, concretamente en septiembre de 1.979.
Ambos, a los pocos meses de llegar a la Comparsa y de la mano del entonces Presidente Pascual Mullor, entramos a formar parte de su directiva y nuestro “deambular festero”, a partir de entonces, anduvo unido durante muchos años. Su primer cargo directivo fue ser Delegado de la Comparsa de Cristianos en la Junta Central, siendo este su primer contacto con la entidad que rige nuestras fiestas, ocupando al mismo tiempo en la Comparsa los cargos de Secretario, Tesorero y Cronista, además de iniciar el trabajo de creación del Museo de la Comparsa de Cristianos.
En 1.983 siendo Capitán de Comparsa, desfila por primera vez, el día 9, con la Escuadra Especial de Caballeros de la Mano Alada donde permanece hasta 1.994 y donde, durante unos años es cabo de la misma.
En 1.985 Miguel, a petición de José Ferri, asume el cargo de Vicepresidente de la Comparsa de Cristianos, dándose la circunstancia, en 1.986, de tener que hacer las veces de Presidente de la misma debido a un accidente sufrido por Pepe, que le impidió actuar como tal en las fiestas de ese año.
En 1.986 llega a la presidencia de la Junta Central, nuestro amigo José Plinio Navarro, quien ofreció a Miguel el puesto de Vicepresidente de la misma. Entre otros, unos de los trabajos más destacados realizados por Miguel durante la presidencia de Plinio, fue el impulsar la publicación de la revista “Día 4 que fuera”. El resultado de este trabajo no es otro que la implantación de diversas modificaciones que perdurarán en el tiempo y serán la base de la publicación que hoy por hoy tenemos.
Llegó el primer sábado del mes de diciembre de 1.989 y Miguel, avalado por la Comparsa de Cristianos, presentó su candidatura a la presidencia de la Junta Central.
Entre los objetivos que se marca y desarrolla, cabe destacar su empeño por informatizar la Junta Central de Fiestas, dotándola en aquel momento de las herramientas necesarias para el control organizativo y económico.
En este último apartado hace especial hincapié y, a propuesta suya, la Asamblea de compromisarios acuerda la creación de la cuota de entrada al patrimonio de la Junta Central.
Igualmente inicia conversaciones, con el entonces alcalde de Villena Salvador Mullor, para que el Ayuntamiento asuma distintas partidas presupuestarias que, siendo competencia en ese momento de la Junta Central, Miguel entendía que debían ser soportadas por el Consistorio y, de esa manera, no depender económicamente de los ingresos variables que suponía la venta de sillas para los desfiles.
Miguel tiene una especial preocupación por la seguridad de los festeros y festeras. Quedó en un intento fallido, pues solo se realizó un año, el traslado del inicio de La Entrada de La Losilla a la Plaza de Biar y Calle Rulda, pero si obtuvo buenos resultados en la creación de medidas de seguridad para los arcabuceros, sobre todo durante las Guerrillas y Embajadas en el Castillo de la Atalaya, adoptando medidas que, si bien fueron inicialmente criticadas, al final fueron aceptadas por su buena organización y seguridad.
Miguel deja la Junta Central en 1.993, pero sigue participando en nuestras fiestas hasta 1.998, siendo durante ese tiempo cabo de la Escuadra Caballeros de la Mano Alada y coordinador del Colectivo de Cabos de Villena, colectivo que años después le rindió cumplido homenaje.
En 2.009, siendo su hija Madrina y su nieta Madrina Infantil de la Comparsa de Cristianos, volvió a vestir , ésta vez si por última vez, el traje de Cristiano.
Su cariño por Villena también le llevo a intentar hacer lo mejor por su pueblo desde la política y, durante ocho años, fue concejal del Ayuntamiento de Villena. Pero esa es otra historia.
Es Miguel un Villenero, un festero y sobre todo, una buena persona, todo ello escrito con mayúsculas. Su honestidad, su integridad, y su capacidad de diálogo, están fuera de toda duda y me considero un privilegiado al poder contarme entre sus amigos.
Paco Merino - Villena 22 de febrero de 2013
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