FIESTAS DEL MEDIEVO
RECUPERACIÓN DE NUESTRA HISTORIA
Desde el batan al molino y desde el trueque a la maquila, por un prodigioso encanto, la Ciudad de Villena, en su barrio del Rabal, entre petos y armaduras, ha sabido revivir, en su más pura esencia, momentos que pudieron acaecer hace más de quinientos años a la sombra de mezquitas y de iglesias. Sus ondulantes calles han albergado, en su Fiesta del Medievo, a mercaderes y magos, a malabaristas y cetreros, junto a lozanas doncellas cortejadas por toscos soldados, de la leva, de vuelta de mil batallas.
La Edad Media ha vuelto a tomar vida, a los pies del, imponente, Castillo de La Atalaya, escenario de justas entre caballeros y de enlaces matrimoniales entre nobles ciudadanos con principescos boatos. Explanada y Castillo que ha recibido en silencio la majestuosa y casi fantasmal Procesión de las Antorchas, y todo ello nos ha traído al recuerdo que “el ultimo Marques de Villena, con pleno dominio sobre la Ciudad fue, en efecto, Don Diego López Pacheco, quien cedió sus derechos a los Reyes Católicos en la concordia de 1480, según consta en la nota número 7 de la Relación de Villena de 1575. No perdiendo este título porque después de las capitulaciones le quedaban las villas de Jorquera, Alarcón, Garci-Muñoz y la mitad de Los Hinojosos.
La historia, la ficción, el recuerdo y sobre todo el pasado vivido, han tenido amplia representación en la Fiesta del Medievo del Barrio del Rabal durante los días 8,9 y 10 de Marzo. Gracias a unos vecinos que no quieren, para nada, perder sus raíces, sino, por el contrario pretenden año tras año ajustarse, de forma festiva, cada vez más, a lo que realmente se vivió, dando a todos los actos sello de autenticidad. ¡Y a fe que lo están consiguiendo!
El Barrio del Rabal, con sus Gigantes y Cabezudos, personificando a Don Juan Manuel y Doña Constanza, como la nobleza y los personajes del moro, el campesino, el judío, el fraile y el “Orejón” en representación del pueblo, entre tamboriles y chirimías han inundado de ambiente medieval todas y cada una de sus calles y rincones para solaz de nobles y plebeyos.
Durante tres días, en el Rabal, se ha vivido en el recuerdo de “Los Manueles” y “Los Pachecos”, libando licores espiritosos ante el fuego de hogares con presa ibérica, al amparo de intrigas y rebeliones. Pero, también se ha recordado que Villena fue y es Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad.
Ernesto Pardo Pastor
Villena Cuéntame ha vivido desde dentro estas Fiestas del Medievo... resumiendo diré que el éxito de este evento lo tienen "un puñado de vecinos del Rabal" por su perseverancia en hacer las cosas bien y por amor a su tierra. Enhorabuena.
Ernesto Pardo Pastor
Villena Cuéntame ha vivido desde dentro estas Fiestas del Medievo... resumiendo diré que el éxito de este evento lo tienen "un puñado de vecinos del Rabal" por su perseverancia en hacer las cosas bien y por amor a su tierra. Enhorabuena.
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