La imagen de Nuestro Padre Jesús y la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, se encuentran en la Puerta Almansa, un acto singular de la Semana Santa de Villena.
Un profundo silencio se palpa en el ambiente, los rostros de los fieles, en rictus inmutable, contemplan el momento crucial. María y Jesús lloran con voces de saeta y el desgarrado abrazo nunca quiere acabar. Un profundo silencio de rezos, por momentos, se palpa en el ambiente y versos de sangre y llanto, como desgarradas plegarias, se escuchan por doquier.
Las espinas se tornan labelos florales, permanece el abrazo mientras el pueblo reza y una nueva saeta se comienza a escuchar. Para finalizar un grito un grito desgarrador de María al Hijo que se aleja y tambores que de nuevo vuelven a resonar. Las diez de la mañana se ha acabado el encuentro.
Texto... Ernesto Pardo Pastor
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