Entre ochocientas y novecientas personas
El misterio, la magia y el color han salpicado las noches de esta semana de agosto gracias a la vigésimo tercera edición del Festival de Títeres de Las Cruces-San Crispín. La alegre presencia de niños y niñas predominaba entre las cerca de novecientas personas que abarrotaron la plaza de San Crispín en cada uno de los tres espectáculos de este consolidado Festival, que cuenta con la fidelidad de un público que se renueva y crece cada año.La concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villena organiza junto a la Casa de Cultura esta cita anual con los títeres, incluida entre las actividades de la Semana Cultural que cada año programa la asociación de vecinos de Las Cruces-San Cripsín. José Ayelo, director de la Kakv, destacaba el esfuerzo que ha sido necesario para mantener el Festival en estos momentos de ajustes económicos. Ayelo subrayaba que “no ha caído la calidad de los espectáculos a pesar de que en esta XXIII edición contáramos con menos presupuesto que en la primera”. Por su parte Isabel Micó, edil de Cultura, se mostraba muy satisfecha con el desarrollo del Festival, que “un año más se ha visto arropado por la ciudad de Villena”.La obra “El primer beso o Cómo vino al mundo el Orejón de Villena”, presentada por la compañía Tracalet Teatro e ideada por el villenero Salva Puche, abrió al caer la noche del pasado martes 7 de agosto esta XXIII edición del Festival. La acogida fue unánime, y la historia del entrañable Orejón consiguió cautivar a los más pequeños desde el inicio del espectáculo, desarrollado bajo los parámetros de la Commedia dell'arte.
Desde Murcia, donde la larga tradición de títeres hace que abunden las compañías dedicadas a este género, nos llegaba la noche del miércoles 8 “La Cenicienta o la Reina Escoba”, una revisión del célebre cuento recogido por Perrault que mediante los tradicionales títeres de guante, transmitió al atento público un mensaje medioambiental, concienciándonos de la importancia de cuidar el planeta.Anoche la compañía Musas Teatro de Elche puso el broche final al Festival con un espectáculo que aunaba títeres, actores y músicos, y que hizo cantar a todos los presentes las clásicas canciones del folclore infantil. Las notas musicales cobraron presencia llenando de color el escenario y consiguiendo que cientos de niños recordaran entregados las melodías infantiles populares con “Cucú, canta tú”.
Desde Murcia, donde la larga tradición de títeres hace que abunden las compañías dedicadas a este género, nos llegaba la noche del miércoles 8 “La Cenicienta o la Reina Escoba”, una revisión del célebre cuento recogido por Perrault que mediante los tradicionales títeres de guante, transmitió al atento público un mensaje medioambiental, concienciándonos de la importancia de cuidar el planeta.Anoche la compañía Musas Teatro de Elche puso el broche final al Festival con un espectáculo que aunaba títeres, actores y músicos, y que hizo cantar a todos los presentes las clásicas canciones del folclore infantil. Las notas musicales cobraron presencia llenando de color el escenario y consiguiendo que cientos de niños recordaran entregados las melodías infantiles populares con “Cucú, canta tú”.
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