El encuentro
Se rompió el alba con lágrimas de crucifijo al comenzar el día 6 de Abril del 2012 . Los gallos enmudecieron y las vacías calles a lo lejos percibían el eco de tambores, La lluvia como finos y punzantes alfileres golpea el capirote de los nazarenos, en un acompasado redoblar lastimero y constante. Las imágenes eternos interpretes invitados del acto con paso tardo se dirigen al lugar del Encuentro.Un profundo silencio se palpa en el ambiente, los rostros de los fieles , en rictus inmutable, contemplan el momento crucial. María y Jesús lloran con voces de saeta y el desgarrado abrazo nunca quiere acabar. Un profundo silencio de rezos, por momentos, se palpa en el ambiente y versos de sangre y llanto, como desgarradas plegarias, se escuchan por doquier.
Se rompió el alba con lágrimas de crucifijo al comenzar el día 6 de Abril del 2012 . Los gallos enmudecieron y las vacías calles a lo lejos percibían el eco de tambores, La lluvia como finos y punzantes alfileres golpea el capirote de los nazarenos, en un acompasado redoblar lastimero y constante. Las imágenes eternos interpretes invitados del acto con paso tardo se dirigen al lugar del Encuentro.Un profundo silencio se palpa en el ambiente, los rostros de los fieles , en rictus inmutable, contemplan el momento crucial. María y Jesús lloran con voces de saeta y el desgarrado abrazo nunca quiere acabar. Un profundo silencio de rezos, por momentos, se palpa en el ambiente y versos de sangre y llanto, como desgarradas plegarias, se escuchan por doquier.
Las espinas se tornan labelos florales, permanece el abrazo mientras el pueblo reza y una nueva saeta se comienza a escuchar. Para finalizar un grito un grito desgarrador de María al Hijo que se aleja y tambores que de nuevo vuelven a resonar. Las diez de la mañana se ha acabado el encuentro.
Texto... Ernesto Pardo Pastor
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