5 nov 2021

2009 LA CIUDAD DE VILLENA EN LA 6ª FERIA INTERNACIONAL DE CHINA

Paco Hernández de "Hotel-Restaurante Salvadora", villenero de "pura cepa" representa a la Comunidad Valenciana en la 6º Edición de la Feria Internacional China de la Pyme y Feria Hispano China de la Pyme.
Mi Viaje a China. Fui seleccionado por la Escuela Superior de Hostelería de Valencia, y su director Ángel Campillo Soler, para acudir a Guanghzou a la “6º Edición de la Feria Internacional China de la Pyme y Feria Hispano China de la Pyme “. Feria a la que España era el País invitado. Acudimos con el objetivo de trabajar la cocina Española y Valenciana concretamente, para ello fuimos 3 cocineros y Yo ( Francisco Hernández – Rte. Salvadora ) mas un somelieur y un maître. Como objetivo principal las paellas, que llevamos nosotros por medio mundo, con complementos de aperitivos y tapas que elaboramos en las instalaciones que nos habilitaron a tal efecto.
Durante los días de la feria atendimos a una media de 1500 diarios, personas que acudían por saber donde estábamos o por las olores de nuestros preparados. Atendimos a la recepción de la inauguración del Ministro Español, Sebastián, y a los expositores que tenían como centro de reunión a “El Ruedo“, estand en forma circular, como una plaza de toros, muy conseguida y vistosa, atractiva y aceptable, muy familiar. Cosa que contribuyó a que en la lejanía de nuestra patria fuese un refugio gastronomico y de relax para visitantes y expositores. Darles las gracias a los representantes y alumnos de la Escuela de Hostelería Bartenderschool, www.bartenderschool.cn, dos españoles y un colombiano, que pusieron a nuestra disposición sus instalaciones y alumnos, disciplinados y entregados, con una dedicación para sus años desconocida para nosotros, gracias. Como me comprometí antes de salir de Villena, en uno de los días de trabajo hice los tres kilos de trigo que lleve conmigo hasta Guanghzou, si ya habíamos tenido éxito día tras día, ese fue apoteósico, hay que imaginar que estás a 9500 km de casa, la cocina autóctona es buenísima, pero se echa de menos tu casa y los aromas y sabores de siempre.
Diseñadores del Modisto Valenciano Francis Montesinos, quisieron tener una fotografía conmigo por haberles acercado nuestra tierra a través de la cocina, así cómo nuestro bodeguero local Francisco Gómez, que tenía estand propio, con gran éxito de los caldos de nuestra tierra, los demas españoles fuesen de donde fuesen agradecieron con gran alboroto, un plato de caliente de toda la vida. Aprovechamos este viaje para poder conocer otras culturas culinarias y dado que las comidas las hacíamos en la feria aprovechábamos las noches para ir cada vez a un restaurante distinto, entendiendo que no todos los restaurantes son al uso que conocemos. Empezamos por uno de origen filipinio, seguimos por un turco, iraní, chino cantonés, chino mas tradicional, japones, vietnamita, indio, tailandés, y alguno mas que se me escapa y otros que repetimos. Entre los productos o “bichos“ que comimos citaremos como “Raros“, Tortuga, Caimán, Cocodrilo, Rana, Pato, Serpiente, Pez Sierra, Esturión, una especie de langostino de rio, un pez plano similar al rodaballo, también de rio y de lo que mas nos llamó la atención es el tratamiento que le otorgan a las verduras con cocciones cortas, crujientes, conservando todas sus propiedades. Las sopas variadas y sabrosas, un muy buen tratamiento de los productos y sabores muy agradables, nada que ver con la cocina china que conocemos. Al terminar la feria, en un restaurante, hicimos un festival de arroces, de los que por circunstancias me toco hacer casi 200 raciones a mi solo, de Arroz a Banda, Negro, Fideua, de Verduras y Valenciana.
En nuestro viaje a Hong Kong, el cambio otra vez ha sido importante, es mas como conocemos nuestro mundo, la cocina mas cosmopolita, la cocina china en la linea, muy buena, el los bufets de los hoteles cocina internacional, aunque en el hotel en el hicimos el festival de arroces, teníamos secciones de casi todas las cocinas que ya habíamos visitado, pero esta vez estabamos en las cocinas con ellos... directamente. De hong kong nos llevamos la idea de que era mas como lo que conocíamos, la verdadera sorpresa fue Guanghzou. La Experiencia a sido muy positiva, he podido dar a conocer lo que se hace en mi País, en mi Comunidad y en Mi Ciudad "Villena". Creo ser el primer cocinero de Villena que hace "triguico picao" en china. Y que cocine mas de 600 raciones de Arroz, por lo menos en Guanghzou y Hong Kong tambien, ya lo pregunté. La convivencia ha sido excelente y la relación con mis compañeros maravillosa, ya nos conociamos, pero esto ha servido para unirnos todavía mas. Para terminar diré que para mi ha sido un orgullo, y debería serlo para todos los habitantes de Villena que Tour España, haya elegido para mostrar la imagen de España en China, del turismo Histórico, el Castillo de Villena. Si lo sabemos explotar es como si nos hubiese tocado parte de la Lotería.
Otros aspectos....
El pasado 18 de Septiembre, desde Valencia, salimos con dirección a Guanghzou China, 4 cocineros, Rafa y Damián (Ven y Volveras), Nacho (El Chalet), Paco Hernandez (Rte. Salvadora), 1 Somelier Paco Olivas (Los Pirineos) y 1 Maitre Enrique (Escuela Superior de Hosteleria de Valencia ). Mas el director de la Misma Angel Campillo y su Manager Quique. La primera impresión nos la llevamos en el aereopuerto de Manises (Valencia) al encontrarnos que nos llevábamos personalmente las paellas (Físicas) y los Paelleros. Hasta ese momento nuestras noticias eran que habíamos sido seleccionados por nuestras caracteristicas, trayectoria y profesionalidad en la cocina Valenciana, por comarcas para aportar diversidad y variedad de nuestra cocina. Con estas premisas la sorpresa fue cuando menos simpática, ya no nos separamos de ellas hasta Hong Kong, imagina, aviones, taxis, trenes, mas aviones, carros de aereopuerto, carros de feria, etc… por medio mundo, nosotros y nuestras paellas, paellas de 50 plazas y sus paelleros. El traslado desde Valencia fue un paseo, bien avenido por la ilusión de un viaje de intercambio profesional, con la diferencia de llegada y salida de aviones, nos daba tiempo a visitar y cenar en Paris, pero un contratiempo en el metro parisino nos obligo a regresar al aereopuerto, eso si maravillados por las instalaciones del aereopuerto. Después de una cena ligera en el propio aereopuerto, embarcamos y doce horas y media después llegamos a Guangzhou, China, un viaje que comenzaba a las 23´00 horas y que con la diferencia horaria de 6 horas, tendríamos que llevar a las 23´00 horas pero con la diferencia llegamos a las 17’00 h. locales, casi toda la noche durmiendo en el avión, con la anécdota de que los auxiliares de vuelo, antes de despegar vaciaron dos esprais por pasillo, y que nosotros achacamos a algun producto para relajarnos, porque dormimos todo el avión casi a la vez una media de 7 horas, el resto viendo televisión o escuchando musica, también se podía seguir el viaje a través de la pantalla, siguiendo un avión interactivo por un plano con origen y destino, asi que seguías nuestro paso por medio mundo hasta que por los cielos rusos nos desviamos en vertical para evitar la cordillera del Hymalaya, por aquello de las turbulencias.
Sin mas incidencias llegamos a Guanghzou – China – y aunque estábamos aleccionados y advertidos del cambio de formas, cultura y acciones a realizar, al llegar, nuestra sorpresa nada mas aterrizar nos hizo comprender que aunque advertidos no habíamos cambiado el “Chip“. Están acostumbrados a hacer cola hasta para lo mas simple, en algunos casos desesperante, metódicos hasta la desesperación, en algunos casos incogruentes, el sentido común a desaparecido, solo método método y método. Ya nos tienes por el aereopuerto con nuestros equipajes (voluminoso para los 15 días y los enseres de trabajo) y como nó, nuestras paellas y paelleros, los chinos curiosos por naturaleza, tenían el objetivo perfecto. Pasamos los 5 controles rutinarios que estas personas tienen establecidos y a buscar transporte, como idioma el ingles, pues el español de momento no tiene demasiados seguidores por la zona, aunque la colonia española va en aumento, varias cosas me llamaron la atención enseguida, la gran cantidad de personal en cada establecimiento que divisaba a visitaba, en el propio aereopuerto, en un principio pensé que sería por ser aereopuerto y la gran afluencia de público, mas tarde me dí cuenta de que no es así, y que es norma y normal allí. Una cafetería delante mismo de inmigración, por cierto que no me miraron ni a los ojos y por supuesto las maletas, dos señoritas captando clientes, y en un principio creí que estaban hablando entre ellas por el tono y volumen de su voz, pero se repetían una y otra vez una especie de letanía que cortaban en seco. Acostumbrado a que los captadores de clientes empleen un tono y volumen que los distinga de los demas, me llamó poderosamente la atención, y recuerdo que pensé, estas no se comen ni un torrao, así no captan a nadie. Mas tarde en otros sitios de compras la situación se repetirá de una forma casi idéntica, en tono voz y a lo poco que atendí, alguna frase. Bueno ya situados y con algún número de teléfono local, para poder llamar a casa y localizarnos entre nosotros a un precio razonable, emprendimos la tarea de negociar el precio de una furgoneta para trasladarnos nosotros, maletas y por supuesto a nuestras paellas y paelleros.
Negociar con alguien en otro idioma, acostumbrados a este tipo de vida y buscavidas del aereopuerto, te deja la sensación de que siempre pierdes aunque sicológicamente hagas el cambio monetario y no te parezca tanto lo que piden, pero al fin y al cabo es una cultura y aunque sean 10 céntimos hay que negociarlos. Coseguímos que el precio fuese de 300 Yuan, al cambio 30 €, la operación es fácil 1€ - 10 Yuans, por 7 personas mas equipaje y las paellas, creíamos haber hecho un buen negocio, al pasar de los días y entablar amistad con un recepcionista nos informó de que el precio medio es la mitad, nos dió por reirnos. Ya en el hotel, China Marrito, de 5 estrellas, reserva realizada por la Cámara de Comercio Exterior de España, el Icex, el Ivex, y lña colaboración directa del gobierno chino desde Pekín, allí que nos tienes, un hotel excépcional, una ciudad de 680 habitaciones, suites, con las comodidades que puedas imaginar y servicios que es raro ya observar en los hoteles españoles. 22 personas de media en recepción, vigilantes en las puertas y pasillos, personal para abrir las puertas, seguridad, aparcacoches, ordenadores de taxis, camareras de té, maleteros, conserjes, personal de apoyo, etc…
Mas tarde descubrimos que era el hotel oficial de la feria, como he comentado anteriormente, por el cambio horario caminabamos otra vez hacia la noche, y una vez instalados nos reunimos en recepción para decidir a donde íbamos a cenar, por unanimidad nos decicimos a patear las calle y allí donde nos apeteciese entrar. Caminamos bastante, entre calles que en cualquiera de nuestras ciudades nos pensariamos en pasar, pero algo de lo que sí nos advirtieron era de salir del hotel con una tarjeta del mismo, para que en caso de perdida enseñandosela al taxista supiese a donde ir, esto nos sirvió en el futuro para hacernos con una colección de tarjetas y asi sin saber del idioma movernos por Guanghzou, y que estuviéramos tranquilos pues los “turistas“ gozan de un estatus especial por el que se tiene mucho cuidado que es lo que pasa con ellos, y por lo visto mas tarde no se andan con bromas, allí lo de los derechos humanos como que se le olvida, en un momento casi entramos en una franquicia de comida rápida, de las que se encuentran por todo el mundo, pero por causalidad apareció un edificio enorme, pasarelas, autovia, vamos la civilazión y en un anuncio gigantesco un restaurante español, acudimos raudos esperanzados por el horario y d+el desconocimiento, mandamos a uno de avanzadilla, y lo vimos regresar desilusionado, el restaurante solo tenía el nombre de español, pero sorpresa en el mismo edificio había otro chino y por su publicidad prometía, allí nos encaminamos, a un 4º piso de un edificio enorme, árboles enormes figurados que hacian de mantenedores del techo, rios con puentes, una casita como la Robinson, personal de servicio mas que clientes, un grupo musical con el atuendo del personal de servicio, la noche se iba encaminando, la cena fue soberbia con vino español, mas concretamente un Blanco Viña Sol, de Bodegas Torres, cervezas san miguel, y un tinto chileno.
La cena ya nos sorprendió por la diferencia de la cocina que se entiende por aquí como china, buenisima, sabores nada extraños, tempuras, cociones cortas, buena medida de los picantes, pescados diferentes a los nuestros pero con buen trabajo de plancha, en definitiva, que la noche invitaba a dar una vuelta mas amplia, y una vez acabada la cena muy cerca del restaurante nos dijeron que había un pub donde actuaba un conjunto donde su lider era cubano y allí nos dirijimos, expeccional... El choque de cultura entre lo que se entiende por un pub aquí y allí fue brutal, parejas de todo tipo conviven con chicas que se buscan la vida abiertamente y al mismo tiempo puedes cenar o escuchar música, por cierto muy buena, hicimos un pozo en común y pedimos por botellas, abaratamos la noche. De allí a dormir pues al día siguiente debiamos poner en marcha todo el tinglado de la feria... EL RUEDO
Gracias Francisco Hernández Martínez Hotel Restaurante Salvadora Gerente y Cocinero.

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