AMIGO ALFREDO. Por Pedro Marco.
Mi primera relación con Alfredo Rojas fue en 1966. Él vino varias veces a visitar mi primera exposición, la que realicé en la Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros del Sureste de España. Yo, con dieciséis años y muchísimas ganas de aprender, pronto encontré en su amistad una mezcla de sabiduría popular, y un refuerzo a mi cultura parda. Nuestra amistad se intensificó sintiendo en él un padre objetivo a quien preguntar todas las dudas de un joven desconcertado, con muchas ilusiones. Le pedía muchos consejos y entre ellos fue decisivo su poder de convicción, al convencer a mis padres para que me dejaran ir a Madrid a estudiar arte, y trabajar en una empresa de serigrafía.
Mi primera relación con Alfredo Rojas fue en 1966. Él vino varias veces a visitar mi primera exposición, la que realicé en la Sala de Exposiciones de la Caja de Ahorros del Sureste de España. Yo, con dieciséis años y muchísimas ganas de aprender, pronto encontré en su amistad una mezcla de sabiduría popular, y un refuerzo a mi cultura parda. Nuestra amistad se intensificó sintiendo en él un padre objetivo a quien preguntar todas las dudas de un joven desconcertado, con muchas ilusiones. Le pedía muchos consejos y entre ellos fue decisivo su poder de convicción, al convencer a mis padres para que me dejaran ir a Madrid a estudiar arte, y trabajar en una empresa de serigrafía.

Su valoración sobre el sentido de la vida y su filosofía diaria, tenían mucho de ironía y surrealismo, aunque fuera tan pragmático y meticuloso en sus comportamientos. Recuerdo una anécdota sobre su sentido del humor, cuando el día siguiente al 11 de septiembre de 2001, después del atentado de las torres gemelas en Nueva York, estuve hablando con Alfredo de tan terrible impacto. Le pregunté sobre las consecuencias y me contestó de inmediato que eso no era nada comparado con lo que iba a ocurrir en poco tiempo. Me dejó perplejo y le pregunté, si acaso, una tercera guerra mundial. Me dijo que peor, a lo que yo le respondí: “Alfredo, peor es que nos impacte un meteorito”. “Aún peor, Pere, el fin del mundo”. “No me jodas, Alfredo”. “Pues figúrate que voy a por los ochenta, así es que por mucho que me alargue..., pocos gachamigas me quedan”.
En otra ocasión, al final de los años setenta, realicé varias obras de temática realista. Dos de ellas trataban de expresar cuando un culo consigue su máxima belleza, desnudo y en pantalón vaquero. El trasero perfecto entre marmoleo y melocotón, me lo compró Alfredo y cuando acabó la exposición lo colgamos juntos en su casa. Una vez en la pared me dijo: “Pere, se chafará la modelo de ese culo, me chafaré yo, te chafarás tú, pero el culo del cuadro seguirá empinao”.

Como yo mismo, somos muchos los que hemos disfrutado de su amistad. Alfredo ha influido en nuestra formación y en nuestra manera de ser. Decía que la vida es bastante corta y lo que hay que procurarse, es hacerla lo más ancha posible. Yo estoy seguro que Alfredo estiraba los días al máximo, aprovechando cada respiro, cada pasión y cada momento de la vida que vivió tan intensamente.
Alfredo, con tu amistad, con tus consejos y a tu sombra, nos ha sido más fácil entender esta vida que tú decías que era un soplo. Pero mientras sigamos soplando...
PEDRO MARCO
DIA 4 QUE FUERA 2005
4 comentarios:
Muy buena la página. Nos hace recordar tiempos mejores. Pero quiero indicar que ya cansa un poco tanto artículo sobre Alfredo Rojas. Sólo eso. Un saludo
OK. SOLO QUEDA UN ARTICULO MUY INTERESANTE DE ALFREDO ROJAS POR VICENTE PRATS, ES UNA HOMENAJE A UN ILUSTRE DE VILLENA Y QUIERO PUBLICAR A TODOS LOS QUE LE HICIERON EL HOMENAJE. PERO TOMO NOTA PARA PUBLICARLOS MAS A LO LARGO. UN SALUDO. VILLENA CUENTAME
Gracias por tener en cuenta nuestras opiniones. Seguid así, pues esta página vale mucho la pena.
que pesaos con Vicente Prats y Alfredo Rojas...
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